No, no es que Mario no pueda pagar la hipoteca de Isla Champiñón, ni que Marcus Fénix no tenga ni para munición. El caso es que numerosos estudios y compañías de este mundillo se ven obligados a cerrar sus puertas y a declararse en bancarrota por problemas de financiación para sus proyectos.

Hace unos años fue Acclaim la que nos abandonó -juegos como Burnout estaban entre sus productos-, hace poco la desarrolladora Free Radical -Time Splitters, Haze- fue absorvida por Crytek por no irse a la p*** calle, y en los últimos días han tenido que cerrar otras dos clásicas: por un lado Empire Interactive -Flatout-, y por otro 3D Realms -Duke Nukem-.
Está claro que las grandes compañías -Konami, Capcom, RockStar, Square, EA...- no se irán por la puerta pequeña, pero está claro que los pequeños y medianos estudios no lo tienen tan fácil. Esperemos que estos sean los últimos de la fila.
0 comentarios:
Publicar un comentario