Eye-Fi. La maravilla inalámbrica.

A estas alturas, lo único que nos podría sorprender de una tarjeta SD es que pudiésemos pagar con ella el café y las tostadas. Pero no. Aún nos alegra saber que cuando nos levantemos por la mañana, habrá algo que nos deslumbre el día y nos alegre nuestros perqueños corazones frikis.
Oh, bienvenida seas, Eye-Fi.
Pues sí. Esta maravilla tan pequeñita no es más que una tarjeta SD pero con la particularidad de que, además, es una tarjeta Wi-Fi. ¿Y para qué nos puede servir esto? Pues simplemente para hacernos la vida muuuuuucho más fácil.
Para aquellos amantes de la fotografía digital que por naturaleza son flojos (¿a quién no le da pereza ponerse a pasar las fotos después de una dura sesión de fotos en la playa con exóticas modelos en bikini para ver el resultado...?), para todos ellos y para el resto de los sorprendidos mortales, llega la Eye-Fi.
¿Cómo funciona? Pues fácil. Después de activar la tarjeta en tu ordenador, te vas por ahí a sacar fotos a mansalva. Una vez que vuelves a casa o durante la misma sesión de fotos si la red WiFi está activa y es detectada, las fotos se transfieren automáticamente a la carpeta que previamente le hayamos señalado, siendo capaz incluso de pasárnosla al iPhoto en nuestro Mac. Si queremos, además, nos las sube al servidor de almacenamiento de fotos que usemos (a elegir entre más de veinte: Flickr, Picasa, Facebook, etc.), redimensionándolas incluso, si es preciso.
Con 2 GB de capacidad y tres modelos diferentes, Home, Share y Explore, la diferencia no sólo está en el precio (desde 79,99 a 129,99 dolares), sino en lo que además son capaces de hacer. Por ejemplo, la Explore añade automáticamente la ubicación geográfica en forma de geotabs a tus fotos para que sepas siempre dónde fueron tomadas.
Una pasada. Quiero una, mamá...

By DEADIUS

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