Xbox 360 es una pasada. Mis “habituales seguidores” (como me gustan estas coñas…) ya lo sabrán. Creo que es la consola casi perfecta para un jugador hardcore cualquiera.
El último de mis descubrimientos es BRAID, un “jueguecito” de Xbox Live Arcade que ocupa unos 144 megas. Pero vayamos por partes.
¿Qué es eso del Xbox Live Arcade? Bueno, para los más despistados decir que se trata de otra opción más de juego que presenta la Xbox 360. Diferente, fresca. En ella encontraremos juegos que ocupan muy poco espacio y que básicamente son o bien juegos de nueva creación (donde estaría por ejemplo BRAID) o bien juegos clásicos o retro que a veces podremos jugar con su “estética” original o bien con un lavado de cara en función de los tiempos que corren (desde Soul Calibur, pasando por Golden Axe, o Pacman). Para que os hagáis una idea, desde esta plataforma podremos jugar 2 jugadores coop a clásicos renovados (lucen de puta madre) como 1942 o Comandos, tanto en la misma consola, como a través de la red. El precio de los mismos va desde los 800 a los 1200 Microsoft Points (entre unos 8 – 10 euros).
Otra de las maravillosas posibilidades de estos juegos es el poder descargarte una demo (versión de prueba) de cada uno de ellos. Imaginaos, de esta forma te pones a descargar versiones de prueba a saco, simplemente “por probarlos”. Hay de todo evidentemente, cosas divertidas, cosas flojitas, conversiones sorprendentes, y alguna que otra joya. En esta última categoría entraría BRAID.
No sabía nada de este juego, lo reconozco. Fue leyendo en una web sobre juegos donde catalogaban este juego como de “obra de arte”. Me llamó la atención. ¿Cómo un juego tan poco ambicioso puede ser considerado una obra de arte? Una vez probado (ohhhhhhhhhh), comprado, y convenientemente “catado”, corroboro el calificativo, es una auténtica obra de arte.
BRAID es un juego sorprendente, sobre todo porque reúne una serie de elementos vistos por separado en otros juegos anteriores, pero que juntos crean prácticamente un género nuevo. Básicamente es un juego de plataformas y puzzles donde vamos a tener que calentarnos un poco la cabeza, bueno, bastante. Eso dicho de forma muy básica. Pero solamente cuando carga el juego y podemos controlar al personaje nos damos cuenta de que tenemos delante algo distinto. Su estética y colorido se sale, ya que sus escenarios tienen un estilo muy peculiar, a modo de pinturas. Simplemente preciosos, bellísimos. Si a esto le unimos una música en la que sobresalen las composiciones de cuerda de estilo celta… Ver (y oir) para creer. Nunca calentarnos el coco fue una experiencia tan relajante. Para rematar la faena, a nivel jugable incorpora la posibilidad de “retroceder” el tiempo en cualquier momento. Este recurso, lejos de ser una mera herramienta que agilice el juego en una situación de muerte-repetición, se convierte en un recurso que incide en la jugabilidad misma del juego y en la forma de conseguir las piezas para avanzar. Es decir, deberemos jugar con el tiempo para poder alcanzar determinados objetivos.
El resultado en pantalla de todo esto os puedo asegurar que es una gozada. Hacía tiempo que un juego no me planteaba tales retos mentales al tiempo que disfrutaba de su música o sus parajes. Imagina la situación en la que tienes que coger una pieza que esta en un extremo de la pantalla y te preguntas como coño la vas a alcanzar, que es totalmente imposible, que solo una “magia” que se cojera en un nivel más avanzado te lo posibilitará. Dejas el juego un pelín ofuscado, y cuando retomas ya con la mente fresca el momento en cuestión se te ilumina la bombillita… ¿será posible de esta forma?... a ver... guauuuuuuuu. Hecho. Esa es la única “magia” que deberás usar en BRAID, la magia que nos proporciona la imaginación. Genial.
By Marcellus
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