KUNG FU PANDA, o como el cine de animación actual es sinónimo de calidad


Recuerdo el verano pasado. Una experiencia muy similar a la que ahora os voy a contar. Una de estas tardes de verano en la que no sabes en que gastar tu tiempo (playa, piscina, videojuegos, internet, ....mucho mejor: CINE !!!). A la hora de revisar la cartelera y visitar mis habituales webs de cine, una película destacaba entre las críticas profesionales y amateurs: Ratatouille.

Je, je, recuerdo haber pensado... "no sé... eso de un ratón cocinero, me parece demasiado... infantiloide", "vale, estará bien, pero... no deja de ser una peli para niños".... peli para niños?, PELI PARA NIÑOS ???, RATATOILLE UNA PELI PARA NIÑOS !!!! ??? Argggggghhhhh... Pues sí señores, estuve a punto de perderme tamaña maravilla, por culpa de ¿inútiles prejuicios sobre un determinado tipo de cine?... Bueno, el hombre (que no la mujer...) es el único animal que tropieza dos veces (¿sólo dos?) en la misma piedra. Este verano me ha vuelto a pasar algo parecido con Kung Fu Panda. No os preocupéis, que me he vuelto a fustigar dándome 500 latigazos con un peluche que tiene mi niña de la sirenita...

Dejemos el tema claro. Ratatouille, al igual que Kung Fu Panda, y al igual que la próxima Wall-E (aunque no la haya visto aún), son PUTAS MARAVILLAS... (Bueno, a la primera de ellas sí le reservo una distinción especial y un pelín superior: es una PUTA OBRA MAESTRA... si me apuráis, la mejor película del año 2007, en cualquier formato o género).

Y es que (aquí es donde quería llegar), el cine de animación que nos ofrecen hoy día Dreamworks y Pixar, tiene un sello indiscutible de calidad y de buen hacer. Lejos quedaron ya los tiempos en que la propia Disney se encargó de suicidar al género. Tras una época dorada en la que la Disney vió resurgir de nuevo con fuerza al cine de animación clásico (Alladin, La Sirenta, la Bella y la Bestia...), ellos mismos se encargaron de agotar una fórmula que les estaba dando resultados: canciones, moralejas para toda la familia y grandes personajes secundarios (lease como ejemplo, el cangrejo Sebastian en La Sirenita). Llegó el punto en el que los padres/madres temían encontrarse con una nueva canción "pastelosa" cantada por un jilguero que evocaría los más tiernos sentimientos de la amistad. No por Dios, no más...

Se dieron en ese momento dos fenómenos que hicieron que el cine de animación clásico quedara relegado en favor del cine de animación "por ordenador". Por un lado la aparición (dentro de la propia Disney) de Pixar, auténtica abanderada del actual paraíso que vive el cine animado. Y por otro lado, la aparición de una película que cambió el sentido de lo que hasta ahora entendíamos por cine de animación "para niños": Shrek. Fue Shrek la que realmente dió un giro espectacular a lo que hasta ahora esperábamos encontrar en estas películas, nada de canciones, mucho humor negro, y bromas que sólo los adultos podían "pillar". Todo este giro, unido a la buena labor que durante años ya venía haciendo Pixar con Toy Story, dieron como fruto el que hoy día podamos considerar a películas como Ratatoille o Kung Fu Panda, como de absolutas genialidades.

Llegados a este punto podría estar aquí hablando párrafos y párrafos de las maravillas de la película que motiva este post: Kung Fu Panda (tranquilossss, que no lo haré, que queda pocoooo...). Solo os diré que si queréis pasar sobre todo un buen rato y que sus escasos 95 minutos se os pasen volando, si queréis flipar técnicamente con la "calidad" de su arte, si queréis alucinar con planos y con posiciones de cámara que difícilmente el cine convencional nos puede ofrecer, y si queréis disfrutar con un guión sencillo pero bien desarrollado y muy divertido... sólo me queda deciros que la solución la tenéis en los cines. Ah, por cierto, cualquiera que de pequeño haya tenido su época de "películas de kárate o kung fú" (las de Bruce Lee, el Mono Borracho...) disfrutará bastante con los tópicos y guiños que aparecen en ésta.

Pues no me queda más que deciros. Ah sí ! que vayáis a a ver Kung Fu Panda, y que vayáis a ver Wall-E. Yo al menos, no volveré a decir por un tiempo eso de... "voy a ver una peli de niños"...

PD: Ejem, ... tampoco es necesario que "obliguemos" a nuestro sobrino/a de turno a que vengan con nosostros, para que nos sirvan de "coartada".

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