Recomendar una película es a veces muy complicado. Depende de tantas cirscuntancias personales, anímicas, emocionales... Lo que para uno es una maravilla, a lo mejor para otros es un bodrio infumable. No sé si será el caso. Yo, como nunca me he caracterizado por terminos medios, en este caso inclino la balanza hacia la brillantez. Sin dudarlo, en opinión del que os escribe, estamos ante una película brillante.
Hacía tiempo que no lloraba con una película, y eso que las condiciones de visionado y de ambientación no eran las más favorables, os lo puedo asegurar.
Estamos ante una película que te podrá gustar o no, te podrá aburrir más o menos,...pero que a buen seguro os interesará. Interés que en el peor de los casos hará que mireis el reloj esperando que terminen ya sus 140 minutos de duración, o interés que en el mejor de los casos se irá convirtiendo en pasión por conocer una forma de entender la vida que seguramente se aleja mucho de nuestro modelo de vida y que seamos sinceros, nunca disfrutaremos (para bien o para mal).
No quiero extenderme demasiado. Cuanto menos conozcais sobre su argumento, mejor. Ya tendreis tiempo tras verla de buscar información (como yo) acerca de la historia. La historia de Christopher McCandless. Solo os recomendaré que la veáis, y si es posible, que lo hagais de forma relajada, tranquila, sin esperar nada del otro mundo. Simplemente sentaros a disfrutar de un relato contado excepcionalmente por el también actor Sean Penn, y estupendamente interpretada por un genial Emile Hirsch. Una excelente música y fotografía.
Una película de esas que deberían ser de obligado visionado en institutos, guarderias, parvularios, ayuntamientos, cárceles, salones de hogares, etc. etc. Una película poética, distinta, bella, que nos habla sobre la vida, sobre el amor, y sobre la naturaleza del ser humano. Espero que la disfruteis tanto como yo la he disfrutado.
By Marcellus
0 comentarios:
Publicar un comentario