Algunos son capaces de tomarse al pie de la letra cualquier cosa, y al dueño de este ratón, además de ser de estos, debe gustarle la taxidermia, porque si no, no se comprende, ya que ha sido capaz de inbuir, no sólo la idea del ratón informático, sino el ratón en sí, dentro de un ratón de los de carne y hueso.
Imaginamos que, para ser un usuario en potencia de este invento, será imprescindible anhelar el gusto del tacto suave de los pelitos del roedor, y además, carecer de cualquier grima o repelús al ver un bicho muerto en el escritorio a todas horas ¿no?
En cualquier caso, nos gusta que no se decantase por un ratón inalámbrico, que imaginamos que se le ocurrió, porque si no, el detalle de la cola-cable ratonil, lo hubiésemos perdido.
Vía | CraziestGadgets
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